RENDIMIENTOS DEL CAPITAL MOBILIARIO Y GASTOS DEDUCIBLES

Se clasifican como rendimientos del capital mobiliario aquellos intereses iguales o superiores a 5€ que provienen de cuentas bancarias y de instrumentos de renta fija, tales como obligaciones, bonos o letras del Tesoro.

Se consideran rendimientos del capital mobiliario los intereses superiores o iguales a 5€, obtenidos de cuentas bancarias y títulos de renta fija, como obligaciones, bonos y letras del Tesoro.

También se incluyen las plusvalías obtenidas por la transmisión de valores mobiliarios, como participaciones en fondos de inversión colectiva, compraventa de acciones y seguros con componente de inversión. En estos últimos, el tomador decide qué parte de las primas pagadas se invierte en fondos de renta variable, como acciones, y qué parte en renta fija, como bonos, con la expectativa de obtener un rendimiento.

 

En la práctica, también se consideran rendimientos del capital mobiliario, los rendimientos generados en Entidades de Previsión Social Voluntaria (EPSV).                                                                                                        Las EPSV son instituciones financieras que ofrecen planes de ahorro e inversión a largo plazo, principalmente orientados a la jubilación. Los fondos pueden ser retirados cuando la persona se jubile o en otras situaciones especiales.                                                Al retirar dinero de una EPSV, no todo el importe se considera ganancia. Se establece que el 35% del total retirado representa la ganancia generada por las inversiones realizadas por la EPSV, y esta parte tributa como rendimiento del capital mobiliario, mientras que el resto se considera devolución del capital aportado.

 

GASTOS DEDUCIBLES

  • Gastos de administración: incluyen los costes relacionados con la gestión de la cartera de valores, como comisiones por compraventa de activos, elaboración de informes de inversión y servicios de asesoramiento financiero sobre la gestión de los valores.                                                                                                                                                  Ejemplos: una comisión del 0,5% del valor de la transacción por comprar o vender acciones en un mercado bursátil, honorarios por servicios de asesoramiento financiero, costes por cambio de divisas, entre otros.

 

  • Gastos de depósito de valores: incluyen los costes por:

 

    • Custodia: se refiere a ‘guardar’ los valores de forma segura. Es importante recordar que los activos financieros no son activos físicos, sino que están registrados electrónicamente.

 

    • Registro de valores: implica mantener un registro actualizado de la propiedad de esos valores.

 

    • Gestión de eventos corporativos: abarca actividades como el trámite del pago de dividendos, suscripciones a ampliaciones de capital, cobro de cupones, derechos de suscripción preferente. En estos casos, es el banco el encargado de informar al inversor y gestionar estos eventos.                                                                                                  Ejemplos: una tarifa trimestral de 20€ que cobra una entidad bancaria por custodiar las acciones de un cliente en su depósito o cuenta de valores, cobro de comisiones por gestionar el pago de dividendos, comisiones por gestionar derechos de suscripción por ampliaciones de capital, costes por mantener un registro actualizado de la propiedad de valores, entre otros.                                                                                                                                                                                                                                Por último, cabe destacar que cuando estos tipos de gestiones son realizadas por terceras personas que administran la cartera de  inversiones de un cliente, tomando decisiones de compra y venta de activos en su nombre, las comisiones por gestión y los honorarios por el asesoramiento no son deducibles.

 

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