MÉTODOS PARA CALCULAR EL VALOR DE UNA EMPRESA: GUÍA DEFINITIVA PARA COMPRADORES Y VENDEDORES

La valoración de empresas es clave para estimar un valor adecuado en una venta, considerando aspectos cuantitativos, cualitativos, tangibles e intangibles que se traducen en una cifra económica.

¿Te estás planteando comprar o vender un negocio y no sabes cómo calcular su valor?

En el ámbito de las fusiones y adquisiciones, la valoración es crucial para establecer el valor estimado más adecuado de la empresa, teniendo en cuenta a todas las partes implicadas.                                                  Este proceso considera aspectos tanto cuantitativos como cualitativos, traduciéndolos en un resultado monetario.

Existen diferentes maneras de calcular el valor de una empresa:

  • Valor contable: este método se enfoca en los aspectos tangibles del negocio, reflejando lo que aparece en su balance. Se obtiene con la diferencia de los activos y los pasivos, lo que proporciona una visión directa del valor contable de la empresa.

 

  • Valor de liquidación: se suma el valor de cada elemento (inmuebles, maquinaria, cuentas por cobrar, deudas con bancos, indemnización por despidos…) de la empresa en una fecha específica, calculando los activos a precios de mercado y restando deudas y costes de liquidación.                                                                      Se usa cuando la empresa tiene un valor muy bajo y no es viable mantenerla en funcionamiento.

 

  • Múltiplo de las ventas: este enfoque es común en adquisiciones y fusiones, basándose en precios de compra de empresas similares que han sido vendidas recientemente y se utiliza un multiplicador basado en los ingresos o utilidades de empresas comparables.                                                                                          Ejemplo: Si empresas similares se han vendido por un precio equivalente a 2 veces sus ventas anuales, y la empresa en cuestión tiene ventas anuales de 1 millón de euros, el valor estimado de la empresa sería de 2 millones de euros.

 

  • Valor de los beneficios (PER): mide la relación entre el precio de la acción y las ganancias por acción, indica cuánto tiempo tardarían los inversores en recuperar su inversión a través de las ganancias de la empresa, siempre y cuando estas se mantengan estables. Es útil para evaluar la capacidad de una empresa para generar ganancias.             

                                           

        PER= precio de la acción/ganancias por acción.                                                                                                           Ejemplo: si una acción cuesta 100 euros y las                  ganancias por acción son 10€, el PER es 10.

 

  • Beneficios futuros: este método proyecta los beneficios futuros de la empresa, siendo útil para startups o empresas con resultados actuales bajos.                                                              Se basa en proyecciones confiables y un sólido plan de negocio.

 

  • Valor de los dividendos: mide la relación entre el dividendo por acción y el precio de la acción, lo que se conoce como rentabilidad por dividendo, indicando el retorno anual que un inversor obtendría en forma de dividendos por cada euro invertido en la compra de acciones.  Por tanto, se enfoca en los dividendos pagados a los accionistas y la rentabilidad que estos dividendos proporcionan en relación con el precio de la acción.

 

ASPECTOS A TENER EN CUENTA: ACTIVOS INTANGIBLES

Calcular el valor de una empresa va más allá de sus activos físicos como terrenos y maquinaria, también es fundamental considerar aspectos intangibles que, aunque más difíciles de medir, son clave para una valoración precisa:

  • Producto o servicio: la calidad y la demanda del producto o servicio que ofrece la empresa son cruciales para determinar su valor.

 

  • Valor de los clientes: la fidelidad y lealtad de los clientes pueden incrementar considerablemente el valor de la empresa.

 

  • Marca y reputación: una marca fuerte y una buena reputación en el mercado son factores que pueden aumentar el valor, ya que suelen traducirse en una ventaja competitiva.

 

  • Calidad de los empleados: contar con empleados talentosos y motivados es vital para el éxito sostenido de la empresa.

 

  • Empleados clave: la retención de empleados es clave. La incertidumbre sobre su continuidad puede afectar negativamente la valoración.

 

  • Dependencia del fundador: si la empresa depende demasiado del fundador puede disminuir.

 

  • Antigüedad: la historia y estabilidad de la empresa, especialmente en sectores hosteleros, suelen ser vistas como un valor añadido.

 

  • Imagen de marca: aunque resulta difícil de cuantificar, una buena o mala imagen de marca puede influir significativamente en la valoración de la empresa.

 

  • Condiciones de gastos: cambios en condiciones en alquileres, compras… pueden afectar a la rentabilidad y, por lo tanto, el valor de la empresa.

 

  • Circunstancias de la venta: una venta forzosa puede llevar a una valoración más baja en comparación con una venta voluntaria.

 

  • Competencia y perspectivas futuras: si el sector tiene poca competencia y buenas perspectivas a futuro, el valor de la empresa puede aumentar.

 

Por tanto, determinar el valor de una empresa es un proceso complejo que requiere más que simples cálculos financiero; implica también la consideración de factores intangibles clave, que juegan un papel crucial en la valoración.                                                         

Para asegurar una valoración precisa y equitativa, es esencial contar con especialistas en valoración de empresas que te acompañen y orienten en cada etapa del proceso.

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