El IVA se divide en dos tipos principales: el IVA soportado, que es el impuesto pagado en las compras de bienes y servicios, y el IVA repercutido, que es el impuesto cobrado en las ventas
El IVA es un impuesto que todos los consumidores finales deben pagar, pero empresas y autónomos tienen la posibilidad de deducir el IVA soportado en sus compras y gastos relacionados con su actividad económica, siempre que cumplan con los requisitos legales.
Para comprender el funcionamiento del IVA, es fundamental distinguir ente dos tipos de IVA:
IVA soportado (deducible): es el IVA que las empresas y autónomos pagan a sus proveedores y acreedores al comprar bienes y servicios necesarios para llevar a cabo su actividad económica.
IVA repercutido (devengado): es el IVA que las empresas y autónomos cobran a sus clientes al vender bienes y servicios.